Volviendo a clases y al sitio de los sueños
Todas las vacaciones con el Blog botado, y no es que me faltara el terrible tema, si no más bien por flojera y por que le dediqué más a mi fotolog y a mi nueva ralladura de papa que es el msn space del Templo Yokansú.
Pero heme aqui de vuelta, no se si voy aeguír manteniendo una regularidad en el blog o si voy a derivar todo a un solo espacio, o si voy a mantener los tres o quizás que cosa haga. Este año voy a dedicar mis energías a menos cosas, pero con el solo propósito de hacer las cosas bien.
Otra vez una película de Hayao Miyazaki y el estudio GhiBli me han dejado marcando ocupado, activando todas esas neuronas que me conectan con el lado más reflexivo de mi ser. Esta vez la fuente de mis musas reflexivas y filosóficas fue "EL viaje de Chihiro", una película que demuestra una vez más la fuerza y vocación del estudio ghibli por hacer películas familiares de excelente factura. Y de paso me dejo dos cosas dando vueltas por la mente.
"Se dice que el sentimiento de familiaridad (la sensación de haber conocido a la otra persona de antes o de toda la vida, aún siendo que es la primera vez que se ven) es corriente en las personas que están enamoradas... y que encuentran a su verdadero amor, y a veces el amor se fortalece por la sensibilidad a la energía que rodea y conecta a todos los seres vivos" y eso es lo que pasa entre Chihiro y Kojakú. Solo con verse se reconocieron, y no necesitaron más que eso para buscarse, intuirse y saber que se complementaban. ¿Será eso cierto? ¿Será que cuando ves a alguien a quien pareces conocer de toda la vida, a alguien que no sabes como pero se gana tu confianza, solo por el hecho de que ya parecia tenerla, es ese el amor de tu vida, la persona que te complementa más que ninguna otra? Pues me gustaría conocer a alguien que le haya pasado así (si tienen alguna experiencia que contar al respecto, pueden hacerlo en los comentarios!) ya que siempre me ha intrigado el asunto del amor y de las cosas que te hacen decir que sí, que esa persona que llegó de repente sí era la persona con la cual quieres pasar toda tu vida. Es linda esa experiencia y creo que todos queremos sentirla (el que no quiera que levante la mano y se vaya para afuera por insensible!) y es quizás la razón por la que navegamos en esta nave azul por el infinito éter. Y que se hayan enamorado aún siendo Kojakú el espíritu de un río y ella una niña solo confirma el hecho de que no hay vuelta que darle cuando de amor verdadero se trata, te vas a enamorar de esa persona aunque sea una piedra, por que aún como piedra lo amarías (los zoofílicos que quieran agarrarse de estas palabras para justificarse, sepan que no tienen ni la autorización ni el derecho de hacerlo... Cochinos de porquería!).
Y el otro tema es el poseer la capacidad de soñar, de poseerte a ti mismo y a tus sueños y reclamar todo el derecho para soñar, aunque sean puras ralladas de papa. Y es que no quiero dejar de soñar, de crear, de irme en mil y una voladas creativas, pero por sobre todo llevar esas historias al papel para que el resto del mundo pueda compartir mis sueños.
Esa es la gran gracia de las peliculas de Ghibli, te animan a soñar, a creer nuevamente en la magia en un mundo en que todo viene envasado y listo para consumir. Cuesta encontrar monos que te inspiren, los mas comunes son los monos que te hacen reir (aunque de eso no me quejo, es bueno que existan y creo que hay pocos!) el punto es que necesitamos que la gente vuelva a creer que la magia es posible, necesitamos una nueva mitología que nos lleve a soñar que un mundo más amable es posible. Es cierto que la ciencia nos ha quitad el miedo, y nos ha dado el increible don de hacernos dueños de nuestro destino. Pero el precio que hemos pagado es muy caro... hemos perdido la capacidad de explicar las cosas de más de una manera, y la capacidad de ver la magia en todo lo que nos rodea.
bueno, ahí les dejo esta entrada, que ojalá compense todo el verano que no escribí, y porfa dejen comentarios... que con cada día menos creo que alguien se de la paja de darse la vuelta por acá
los quiero mucho
Todas las vacaciones con el Blog botado, y no es que me faltara el terrible tema, si no más bien por flojera y por que le dediqué más a mi fotolog y a mi nueva ralladura de papa que es el msn space del Templo Yokansú.
Pero heme aqui de vuelta, no se si voy aeguír manteniendo una regularidad en el blog o si voy a derivar todo a un solo espacio, o si voy a mantener los tres o quizás que cosa haga. Este año voy a dedicar mis energías a menos cosas, pero con el solo propósito de hacer las cosas bien.
Otra vez una película de Hayao Miyazaki y el estudio GhiBli me han dejado marcando ocupado, activando todas esas neuronas que me conectan con el lado más reflexivo de mi ser. Esta vez la fuente de mis musas reflexivas y filosóficas fue "EL viaje de Chihiro", una película que demuestra una vez más la fuerza y vocación del estudio ghibli por hacer películas familiares de excelente factura. Y de paso me dejo dos cosas dando vueltas por la mente.
"Se dice que el sentimiento de familiaridad (la sensación de haber conocido a la otra persona de antes o de toda la vida, aún siendo que es la primera vez que se ven) es corriente en las personas que están enamoradas... y que encuentran a su verdadero amor, y a veces el amor se fortalece por la sensibilidad a la energía que rodea y conecta a todos los seres vivos" y eso es lo que pasa entre Chihiro y Kojakú. Solo con verse se reconocieron, y no necesitaron más que eso para buscarse, intuirse y saber que se complementaban. ¿Será eso cierto? ¿Será que cuando ves a alguien a quien pareces conocer de toda la vida, a alguien que no sabes como pero se gana tu confianza, solo por el hecho de que ya parecia tenerla, es ese el amor de tu vida, la persona que te complementa más que ninguna otra? Pues me gustaría conocer a alguien que le haya pasado así (si tienen alguna experiencia que contar al respecto, pueden hacerlo en los comentarios!) ya que siempre me ha intrigado el asunto del amor y de las cosas que te hacen decir que sí, que esa persona que llegó de repente sí era la persona con la cual quieres pasar toda tu vida. Es linda esa experiencia y creo que todos queremos sentirla (el que no quiera que levante la mano y se vaya para afuera por insensible!) y es quizás la razón por la que navegamos en esta nave azul por el infinito éter. Y que se hayan enamorado aún siendo Kojakú el espíritu de un río y ella una niña solo confirma el hecho de que no hay vuelta que darle cuando de amor verdadero se trata, te vas a enamorar de esa persona aunque sea una piedra, por que aún como piedra lo amarías (los zoofílicos que quieran agarrarse de estas palabras para justificarse, sepan que no tienen ni la autorización ni el derecho de hacerlo... Cochinos de porquería!).
Y el otro tema es el poseer la capacidad de soñar, de poseerte a ti mismo y a tus sueños y reclamar todo el derecho para soñar, aunque sean puras ralladas de papa. Y es que no quiero dejar de soñar, de crear, de irme en mil y una voladas creativas, pero por sobre todo llevar esas historias al papel para que el resto del mundo pueda compartir mis sueños.
Esa es la gran gracia de las peliculas de Ghibli, te animan a soñar, a creer nuevamente en la magia en un mundo en que todo viene envasado y listo para consumir. Cuesta encontrar monos que te inspiren, los mas comunes son los monos que te hacen reir (aunque de eso no me quejo, es bueno que existan y creo que hay pocos!) el punto es que necesitamos que la gente vuelva a creer que la magia es posible, necesitamos una nueva mitología que nos lleve a soñar que un mundo más amable es posible. Es cierto que la ciencia nos ha quitad el miedo, y nos ha dado el increible don de hacernos dueños de nuestro destino. Pero el precio que hemos pagado es muy caro... hemos perdido la capacidad de explicar las cosas de más de una manera, y la capacidad de ver la magia en todo lo que nos rodea.
bueno, ahí les dejo esta entrada, que ojalá compense todo el verano que no escribí, y porfa dejen comentarios... que con cada día menos creo que alguien se de la paja de darse la vuelta por acá
los quiero mucho
Jorge Pardo
EL Gatoapilas
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