lunes, 22 de octubre de 2007

verde bajo la lluvia

Camino entre la lluvia, que cae como un regalo entre mis dedos y mi conciencia. Son días como estos en que me siento verdaderamente vivo, son días como este en que me acuerdo de Fernanda, de su vestido verde, de su risa y su pelo mojado “y que más da, si tengo toda la ropa mojada. Del resfrío solo nos salva la fé”, la fé… la fé que tenía en que volvieras Fernanda, en que te rieras conmigo no solo bajo la lluvia, mientras los autos pasan navegando por la calle, empeñados en hacer volar de nuevo aquella agua arrepentida de haber abandonado las nubes por el placer de volar; en que te rieras conmigo no solo de la casaca de tu hermano que por mucho que te cuelgue y sobre de todos lados no impida que tu vestido a lunares verdes se pegue, húmedo, a tu cuerpo empapado, que estés aquí mojándote conmigo.

Tenemos la lluvia, Roberto. Dijiste una tarde cuando el silencio se había alargado demasiado. Miré hacia otro lado no queriendo verte, por que tus ojos no reían, estaban duros e impenetrables, cerrándome el acceso a tu mundo y acusándome por no ser aquel que habías pensado que era, que habías deseado que fuera, y que más da si nadie es perfecto Fernanda, no puedo aparentar ser quien no soy; puta la huevá Roberto no me vengai con frases hechas, no quiero que seas otro, solo quiero que me vuelvas a conquistar como antes, que te la juegues… no puedo inventar juegos para ti todo el tiempo; es que no tienes que hacerlo Fernanda, solo tienes que ser tu misma, como aquella(s) tarde(s) bajo la lluvia. Y ahora parece que te veo entre las gotas, tan ligera como una idea. Sí, las gotas te conjuran y se resbalan por tu silueta, creo que te veo entre el aguacero y los chorros de agua que lanza alguno que otro auto despistado que se empeña en no ver a la gente en las veredas, por que el agua existe para todos ¿Cierto, Fernanda? El que no tiene plata es invisible en la lluvia, eso creo, Roberto, por que si no nadie se empeñaría en alzar el agua para hacerla caer sobre quienes caminan en la vereda. ¿No será que la gente que disfruta es invisible, Fernanda? Por que en invierno y en primavera nadie nos parece ver jugando en la calle, en la plaza, en los parques, los paseos, como niños, con esos juegos que inventabas para sacudirme mis durezas por dentro.

Algo nos unía Fernanda, algo más que la lluvia, los juegos y el color verde. Algo que empezó cuando me preguntaste si tan entretenido era el libro como para arriesgarse a chocar de frente con algo o alguien. Si ese alguien era como tú entonces valía la pena; y parece que también ese fue el principio de no vernos como éramos, yo no era tan canchero como esa frase y tu no eras tan deliciosamente atrevida como esa mirada que subió desde detrás de mi libro. Era solo miedo a quedarnos solos (y) o heridos, a atrevernos a ser más que lo que aparentábamos mientras nos conocíamos. De todas maneras una chispa de verdad había en ello, por que nos unió, nos hizo pasar tardes secándonos la lluvia mirando por la ventana con tu cabeza en mi hombro sabiendo que las palabras sobraban. Realmente nos unió, porque ahora que estás donde mis palabras no te tocan, donde no puedo saber que piensas y si piensas en volver, aún puedo ver tu pelo mojado, tu sonrisa húmeda y tu vestido verde entre las gotas de lluvia.




se que ha pasado mucho tiempo desde que actualizé, asi que me pongo al día con este cuento y espero subir otro el día que corresponde, la periocidad se mantiene contra viento y marea e incluso a pesar de mí.
OJO CON LA MENTE!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que linda historia =)

Me hizo recordar cuanto me gusta saltar de un charco a otro y chapotear en el agua como si nadie más que yo y la lluvia fueramos parte de ese instante, creo que el agua aparte de ser en cierta medida renovadora nos lleva a la niñez más tierna que es esa en la que uno se creo invulnerable y que quiere aprender todo rápido y por sus propias experiencias...

Muchas mujeres somos como Fernanda... muchos hombres como el protagonista, quizás por eso mucho de lo que escribes invoca recuerdos y envuelve en un aire nostálgico.

Un besote gatuco! te quiero mucho amigo!!!

BYe =)

Franimé dijo...

CHUTA Amigo mira nose si toy clara con el verdadero significado de tu cuento pero asi como la poesia esta permitido entender no solo lo que el autor quiera decir sino que tambien lo que uno interprete verdad?
en lo que a mi consierne debo decir que diste en en el clavo con varios sentimientos de los personajes de tu cuento porque te contare que aunque es primavera en mi persona parece ser invierno nose si me entiendes ando como invisible mis ojos no rien , estan duros e impenetrables, cerrándo el acceso a todo mundo queriendo ser alguien que no soy o no tan asi, quizas no conformandome con quien soy.
Ahora espero que esta chispa que desperto en mi aquella persona no sea como en tu cuento producto del encanto y del miedo al estar solos.

y exista algo de verdad en estos sentimientos que si bien son lejanos hacen que aunque sea por un rato vuelva a bailar entre la lluvia.

Saludos amigo
Fran/

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